martes, 15 de abril de 2008

La Alberca, un pueblo de Salamanca


Si alguno de vosotros vió este domingo el programa "Cuarto Milenio", de Iker Jimenez, el nombre de este pueblo del que os voy a hablar le sonará.
Los primeros vestigios de la historia de La Alberca hay que buscarlos en la prehistoria, cuya huella permanece en las pinturas rupestres de la época del neolítico en numerosos canchales y riscos de los valles que rodean a La Alberca: Lera y Las Batuecas. En la Edad Media, entre los siglos XII y XIII se produjo la repoblación por decisión del rey Alfonso IX. Del flujo de gente que llegó a esta tierra, parte destacada fue la de origen francés a través de D. Raimundo de Borgoña, noble francés casado con doña Urraca, una de las hijas de Alfonso VI. Este origen justificaría la numerosa presencia de topónimos franceses en la Sierra de Francia. Al final de la Edad Media destaca un hecho de importancia capital para la zona: el hallazgo de la imagen de la Virgen de la Peña de Francia (1434), que convirtió el santuario construido posteriormente en un lugar de peregrinación, al que se unieron los peregrinos del Camino de Santiago que seguían el llamado Camino del Sur por la Calzada de la Plata. En el siglo XVII la Peña de Francia, con su Virgen Negra, es ya citada por Cervantes en El Quijote; el valle de Las Batuecas es para Lope de Vega el escenario en el que se refugian dos enamorados que huyen de la Corte. Desde entonces La Alberca, con la Peña de Francia y Las Batuecas, han sido un escenario convertido en mito, en leyenda. Esencia mítica que se mantiene en la actualidad en su arquitectura y su paisaje, en sus gentes y costumbres.

Siguen vivas bastantes costumbres tradicionales en La Alberca, aunque no se descubran a primera vista, ni en un viaje rápido.
Un rito de difuntos, por ejemplo, tiene cotidiana pervivencia: todos los días al oscurecer, recorre el pueblo la esquila de las ánimas, que lleva una mujer que toca en todas las esquinas a la vez que entona una salmodia por las almas del Purgatorio:

«Fieles cristianos
acordémonos de las benditas almas del
purgatorio
con un padrenuestro y un avemaría
por el amor de Dios»

Da tres toques con la esquila y continúa con la salmodia:

«Otro padrenuestro y otro avemaría
por los que están en pecado mortal
para que su Divina Majestad
los saque de tan miserable estado»

Hace sonar la esquila por última vez dando otros tres toques y continúa sin dejar de rezar, hasta completar el recorrido. Mujeres voluntarias la siguen, acompañando sus rezos y sus cánticos.





Esta tradición de la Alberca viene existiendo desde hace muchisimo tiempo, y tienen la firme convicción de que todos los dias, llueva, nieve o caigan piedras del cielo, la moza de animas, que así se llama la mujer que porta la esquilla, debe salir a hacer su ruta por el pueblo.

Cuenta la leyenda que desde que existe esta tradición, tan solo una noche la moza de animas no salió a hacer su recorrido, y no lo hizo porque fué asesinada de manera misteriosa ese mismo dia, y por razones obvias no pudo salir. Aún así, los habitantes del pueblo aseguran que esa noche escucharon perfectamente como sonaba la esquila, como todas las noche, al paso por sus casas, sabiendo que la moza de animas estaba muerta y que no había salido nadie en su sustitución.

4 comentarios:

Jokin dijo...

Por ahí pasé yo de vacaciones pero hace una furrada de años. Por cierto, ¿sabías que "estar en las Batuecas" se puede utilizar como sinónimo de "estar en Babia" o "estar en la Inopia"?

Aitortxu dijo...

Pues no tenía ni idea. Estuviste en la alberca de vacaciones? en aquella expedición friki a salamanca famosa?

Jokin dijo...

No, fue mucho antes, de crío, con mis padres. Tendría cosa de 11-12 años.

Anónimo dijo...

KAIXO, esta muy bien la noticia que has puesto. Yo vivi en aquella localidad hasta los 10 años y ahora vivo en Bizkaia. Estoy pensando hacer un corto sobre esta tradición albercana. AGUR.