domingo, 2 de septiembre de 2007

Reunión de pastores...


Y como no podía ser de otra manera, los pocos amiguetes de Bilbao que nos hemos venido a Madrid a trabajar, ayer nos juntamos en mi casa para darnos un homenaje en forma de chorizo, morcilla, chistorra, costilla, lomo, tortilla de patata, vino tinto, martini, vodka negro y cerveza. Para que luego digan que los de Bilbao ya no comemos como antes. Eramos cinco y nos pusimos hasta las trancas. Amaia y yo ejercimos de anfitriones, y Eka, Pablo y Jorge llegaron a Valdemoro a eso de las siete aproximadamente. Entre risas y anecdotas llegó la hora de cenar antes de que nos diesemos cuenta, y como Amaia y yo ya teniamos la cena medio preparada, con un plan perfectamente ejecutado, coseguimos llenar la mesa con tanta comida que ninguno de los comensales estaba seguro de por donde empezar. La cosa es que en cuanto uno se animo, los demás le seguimos como si no hubiesemos comido en tres semanas, y en menos tiempo del que cabía esperar ya habíamos dado cuenta de practicamente todo. Sólo sobró un trozito de costilla y la ensalada que habíamos preparado. Un gran homenaje, si señor. Eka y Pablo han estado recientemente en Madeira, Portugal, y, felizmente, pensaron que ayer era un día adecuado para abrir una botellita de poncha, que es una bebida típica de madeira hecha con Alcohol, miel, ron ("aguardiente de caña"), zumo de limón, fruta de la pasión y acidos cítricos. Es la típica bebida espirituosa para después de comer, me recuerda al ron miel, por lo evidente, y entra por el gaznate como agua, pero al llegar al estomago calienta que da gusta, oiga usted.
Tras una buena sobremesa en la que no faltaron puyas típicas de la cuadrilla, y recuerdos de hace años, como debe ser en todas las reuniones de este tipo, decidimos que era buen momento para hacernos unas canciones al guitar hero, y ahí anduvimos hasta practicamente las seis de la mañana, demostrando, sobre todo Pablo y yo debo decir, que somos unos rockero de aúpa.
En lo que duró nuestro particular concierto fueron cayendo poco a poco todos los invitados al otro lado de la linea custodiada por morfeo, Amaia la primera, seguida por Jorge y, finalmente Eka. Los únicos que aguantamos rockanroleando hasta el final, pues Pablo y yo. A las seis y cuarto pasaba por Valdemoro el primer tren hacia Atocha, así que les acompañé hasta la parada de Tren y nos despedimos hasta la siguiente ocasión, que espero no sea dentro de mucho tiempo.

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